Aprender historia a pie de tumba
Ayer se celebró la festividad de Todos los Santos, un día que muchísimas personas acuden a los cementerios para recordar a sus familiares y amigos fallecidos.
En El Campello no fueron diferentes las escenas que se vivieron en otros miles de camposantos… pero uno una salvedad, marcada por el interés que suscitó el monumento funerario que construyó el Ayuntamiento para acoger los restos mortales del humanista, jurista y literato Rafael Altamira y su esposa, Pilar Redondo, inhumados el pasado febrero en n acto solemne que presidió el Rey Felipe VI tras haber conseguido la repatriación desde México.
Era el primer año en que, por tanto, la tumba podía visitarse en fecha tan señalada. Y Rafael Altamira recibió visitas especiales, como la de sus descendientes residentes en El Campello (bisnietos), o la catedrática de la UA Eva Valero, estrecha colaborada del Ayuntamiento en la programación del bautizado como ‘Año Altamira’. Todos hicieron una ofrenda floral en memoria de tan ilustre personaje.
Pero de cuantas visitas registró ese panteón, destacó la de un grupo de jóvenes que, a pie de tumba, aprendieron algo de historia y del legado de Altamira. Se trataba de alumnos y alumnas del instituto Graafschap College, de la localidad de Doetinchem, al este de Holanda, que pasan unos días de visita cultural en El Campello acogidos al programa Erasmus de la UE.
Su estancia está coordinada por Laura Westers, que no es docente, pero está muy implicada en la organización de estas estancias. Doetinchem está situada a 146 kilómetros de La Haya, otra ciudad de los Países Bajos que acoge la sede del Tribunal Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, que Altamira contribuyó a fundar junto con otros 9 juristas internacionales en 1920 (el conocido como el llamado “Comité de los Diez”), y del que formó parte desde 1921 hasta 1940.
“Hemos visitado el cementerio de El Campello para que comprobaran personalmente esta costumbre española tan bonita de recordar a tus fallecidos un día como hoy, y se han quedado asombrados de ver tanta gente y tantas flores”, señaló la mediadora Laura Westers, “y hemos aprovechado para visitar la tumba de Rafael Altamira, donde han recibido nociones de su legado y su importancia de relevancia internacional”, concluyó.
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